10 Ago Corrosión de los metales: ¿por qué se produce?
Como especialistas en abastecimiento de ánodos de magnesio y otros componentes de protección catódica, conocemos en profundidad cómo y por qué se produce la corrosión en los metales. ¿Quieres saber más sobre este fenómeno? Te lo contamos en las siguientes líneas.
¿Qué es la corrosión de un metal y por qué se produce?
La corrosión de un metal es, en la mayoría de casos, de naturaleza electroquímica. Y es que ha de circular la corriente eléctrica entre determinadas zonas de la superficie del metal, conocidas como ánodos y cátodos, a través de una solución llamada electrolito. Este último es el elemento que conduce dicha corriente.
En su conjunto, todos estos “ingredientes” constituyen micro o macro pilas en las que la zona anódica (que es la parte del metal con mayor tendencia a la oxidación) sufre los efectos de la corrosión.
Pero obviemos los tecnicismos para que todos nos entendamos: la corrosión de un metal puede definirse como una reacción química por la que se transfieren electrones de un material a otro. De modo que mientras la oxidación es el ataque del oxígeno (ya sea en forma de aire o agua), la corrosión es el deterioro que provoca dicha oxidación.
¿De qué depende el nivel de corrosión?
La corrosión es un proceso cuyo nivel de degradación siempre va a estar condicionado por diferentes aspectos. Y es que no vamos a obtener el mismo comportamiento en cada metal. Todo dependerá de las características intrínsecas que presenta su aleación o de las circunstancias medioambientales en que estos elementos se ubiquen (los hay que están en contacto permanente con el agua y la humedad, por ejemplo).
Por supuesto, tampoco podemos obviar el hecho de que ciertas circunstancias derivadas del uso y mantenimiento del metal, en ocasiones también son decisivas en el retardo o activación de los procesos de degradación. El mejor ejemplo lo encontramos en los ánodos de magnesio o de protección catódica ,que se emplean precisamente para proteger al metal de la corrosión y alargar la vida útil del dispositivo.
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