Los motorreductores son dispositivos utilizados para controlar las revoluciones por minuto (rpm) de los micromotores eléctricos, fundamentalmente porque en muchos procesos industriales, dichas velocidades son demasiado altas.
Se trata, en definitiva, de utilizar una máquina para mejorar el funcionamiento de otra. Pero, ¿es realmente necesario? Pues bien, la respuesta es un rotundo sí, pues los motorreductores, tan antiguos como evolucionados, controlan el movimiento en aplicaciones de todo tipo de sectores, desde la industria pesada hasta la automatización y la robótica.
La importancia de elegir el motorreductor adecuado
A la hora de elegir un motorreductor adecuado a las necesidades de nuestro proyecto, ya sea para la fabricación de vibradores para masajes, juguetería, máquinas de fumigar o equipos de automóvil, es fundamental evitar cualquier modificación posterior. Y es que este tipo de cambios, a posteriori, pueden implicar costes hasta 10 veces superiores que si se realizan durante el proceso de fabricación.
¿Qué factores tener en cuenta para escoger un motorreductor?
Para optimizar el funcionamiento del dispositivo, conviene tener en cuenta los siguientes factores:
Ubicación
Es importante ubicar el motorreductor alejado de las fuentes de calor o humedad. En proyectos de pequeñas dimensiones, además, se recomiendan soluciones basadas en transmisión electromecánica.
Requisitos técnicos
El motorreductor debe ser capaz de superar ciertos valores, como la velocidad de entrada y salida de la operación, la potencia mecánica (expresada en caballos de fuerza) o la velocidad de giro.
Condiciones ambientales
La temperatura ambiente, la atmósfera o el polvo van a condicionar el rendimiento diario del dispositivo y, en consecuencia, su vida útil.
Actividad industrial
Ciertas industrias tienen una estricta normativa que puede condicionar la elección de los componentes de la máquina. Por ejemplo, el sector de la automoción contempla su propia normativa. En cambio, otros sectores como el de la electromecánica no, pero sí cuenta con manuales de compatibilidad electromagnética en algunos casos.
Funcionamiento
En cuanto a las condiciones de funcionamiento, podemos encontrar los siguientes motores eléctricos:
- Motores con escobilla. Esta es la alternativa menos costosa, pero las escobillas sufren desgaste y acaban produciendo polvo, además de disipar el calor de forma deficiente.
- Motores sin escobilla. No exigen un alto mantenimiento y, al provocar menor fricción del eje, generan menos ruido.
- Motores paso a paso. Funcionan con un sistema electrónico, ofreciendo el movimiento por grados y mucho más preciso.
¿Qué modelo te interesa?
Tras haber sopesado estos factores, llega el momento de elegir de entre las múltiples opciones que podemos encontrar en el mercado, entre las que destacamos:
- Motorreductores sinfín corona. Tienen un engranaje circular denominado corona dentada en contacto con un tornillo sinfín. Se transmite el movimiento entre ambos ejes que son perpendiculares entre sí. Si bien es el mecanismo más sencillo y económico, tiene peor rendimiento y precisión.
- Motorreductores de engranajes. Se valen de uno o diversos pares de engranajes que pueden ser cónicos, de ejes paralelos o coaxiales.
- Motorreductores de ejes paralelos. El motor y el reductor están en planos paralelos y son idóneos para aplicaciones donde existen limitaciones de espacio.
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